Amor más allá de la muerte -Capitulo 3; Desesperación
Mariam corría por las calles de la ciudad, sin saber su destino.
Por cada segundo que pasaba, un millón de pensamientos abordaban su mente. Todo era demasiado repentino. Nada parecía tener sentido...¿Por qué el conocía su nombre, sus deseos...su desdicha?
Era un demonio que había venido para atormentarla, que removía sus más oscuros sentimientos.
Era un demonio que había venido para atormentarla, que removía sus más oscuros sentimientos.
Corrió tan rápido como sus piernas le permitieron. Para sorpresa de Mariam corría tan deprisa, que había dejado la ciudad en poco tiempo.
Corría tan rápido que los árboles se emborronaban a su paso.
El frío aire chocaba en su cara con violencia, sintiendo un suave hormigueo.
Podía respirar la tenue brisa marina, que provenía de algún lugar cercano.
Mariam camino, con la mirada vacía, entre los arboles que se abrían paso ante ella. Estos terminaban en un pequeño claro al que le seguía la nada.
Mariam camino, con la mirada vacía, entre los arboles que se abrían paso ante ella. Estos terminaban en un pequeño claro al que le seguía la nada.
Camino hasta situarse al borde del precipicio. Ante ella se hallaba un vacío oscuro. Miro a sus pies y pudo ver como las olas chocaban contra aquellas paredes rocosas, y la densa espuma marina desaparecía con cada ola nueva, para dar paso a otras.
Mariam abrió la boca para hablar, pero apenas pudo salir de entre sus labios un leve suspiro.
>>Toda mi vida a terminado...Ahora soy un monstruo, por su culpa...mi vida...¡No! mi vida ya había terminado antes que él apareciera... <<
Mariam permanecía todavía consciente tras el impacto. Nadó hasta la superficie para tomar aire, pero las olas no se lo permitían, la estrellaban contra aquel muro de piedras que se alzaba imponente ante el mar.
Aventuró un pie en la nada y acto seguido todo su cuerpo se hallaba rodeado en una densa oscuridad, perdiéndose en la niebla que ocasionaba el agua.
El aire frío cortaba su cuerpo hasta llegar a impactar contra la superficie de algo tan denso como la piedra, pero tan breve que se hundió en aquellas aguas enfurecidas.
Mariam permanecía todavía consciente tras el impacto. Nadó hasta la superficie para tomar aire, pero las olas no se lo permitían, la estrellaban contra aquel muro de piedras que se alzaba imponente ante el mar.
En un golpe de ellos, Mariam golpeo con la furia del mar, su cabeza contra las rocas, dejándola inconsciente.
Su frío cuerpo se hundió en la espesura del agua negra, perdiendo todo rastro visible de su cuerpo.
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