Mara y Alex (OneShot)

Paseaban dos chicas por el bosque, cerca de un rio.
-¡Corre, Mara! -Le dijo la chica pelirroja a su hermana que iba caminando abstraída en uno de sus libros.- ¡Corre! Un dia de estos por mirar las paginas de tu libro y no el suelo que pisas te daras tal golpe que nos vamos a reír del golpe, y por ''nos'' me refiero a ''me''. ¡Ven! 
-Ya voy... ya voy. -Dijo mientras cerraba el libro y se acerco hasta su hermana menor.

Se encontraba al borde del rió y entre los arbustos se podía ver que había una pasarela que llegaba hasta una central hidroeléctrica, al menos eso fue en su tiempo.
-¡Vamos! -Le insto con ahínco.
-No deberíamos, es peligros Alex... ¿Qué pasa si nos caemos? La casa de la tita queda lejos para buscar ayuda y en este pueblo no creo que hayan ambulancias. -Respondió Mara.
-¡¡Lo que te pasa es que no quieres mancharte las botas nuevas!! - Se burló de su hermana mayor.
Esa simple broma bastó para convencerla de buscar la manera de saltar la verja que impedía el paso hacia la central.
Caminaron por la pasarela que estaba algo vieja y oxidada. La pequeña que era una muchacha inquieta y que a pesar de tener ya dieciocho años era como si tuviera doce, derrochaba energía y espontaneidad por doquier. La mayor, con tres años exactos, era como si tuviera cincuenta años más. 

Al llegar al otro lado de la pasarela, vieron que al bajar por unas escalinatas, se hallaban un par de piscinas con aguas oscuras. Sin pensarlo dos veces, Alex bajo a curiosear por allí y su hermana le siguió para no perderla de vista.

Alex paseó cerca de las piscinas y lanzó unas cuantas piedras a dentro. 
-Para... no seas infantil...-Increpó Mara a su hermana y esta se dio la vuelta para rezongar.
Mientras las dos discutían por ver quien era la inmadura de las dos, las aguas comenzaron a moverse lentamente y de ellas salió un tentáculo plano, viscoso y de color verde oscuro. Se deslizaba suavemente fuera de la piscina hacia Alex. 
Antes de poder darse cuenta de lo ocurrido Alex fue tirada al suelo y arrastrada. Los gritos de miedo y desesperación hicieron a Mara reaccionar de su aturdimiento que rápida buscó a su alrededor algo con el que cortar el tentáculo que arrastraba a su hermana por la pierna, pero lo único que encontró fue una tubería.
La asió y comenzó a golpear aquello con todas su ganas. 
Alex se sujetaba con fuerza al suelo para impedir ser arrastrada al agua y en cuanto aquel tentáculo la soltó se levanto y se puso detrás de su hermana. 
-Vamonos, Alex. 
Retrocedieron lentamente sin dejar de mirar las decenas de tentáculos que salían del agua. Algunos apéndices se lanzaron contra ellas impidiendo que pudieran volver por las escalinatas. 
Buscaron por donde huir y no les quedo más opción que adentrarse por una de las puertas de la central.
Tras ellas cerraron la puerta y se alejaron por precaución.
-Dejame ver.-Le dijo mientras Alex se sentaba en el suelo. 
-No es nada. Ese bicho o lo que fuera me apreto muy fuerte.
-Dejame ver, Alex.
Alex se remangó el vaquero y dejó ver un moratón lila que le envolvía la espinilla.
-¿Puedes caminar?-Preguntó Mara preocupada.
-Si, por supuesto. Solo duele si me lo toco. -Sonrió.-¿Qué coño era eso? !Que asco, puaj!  
-No me da asco, me preocupa... se mueven y atacan... mirate lo que te han hecho. Vamonos. 
>>He visto unas escaleras de incendio que daban cerca de la pasarela pero hay que subir al tejado, creo que es solo una planta.
-Vamos.- Se puso en pie y buscaron subir las escaleras pero estas estaban derrumbadas y no había manera de subir por ellas.
-Mara... hay un montacargas... 
-¿Qué? Ni muerta subo por ahí... eso esta viejo y podrido.
-¿Alguna idea mejor? Hay que subir o salir y que nos cojan esas cosas.-Dijo con mohín. 

A regañadientes, Mara, subío al montacargas y presiono el boton para subir. Pero este lejos de subir pego un bote y se quedo parado.
-Oh, mierda...-Musito Mara y el montacargas comenzó a bajar aceleradamente.
Golpearon los botones del montacargas esperando un milagro. 

El elevador se detuvo segundos antes de estrellarse con el suelo.
Se miraron las dos hermanas a los ojos, unos se reflejaban los ojos verdes vidriosos en los ojos marrones rojizos de la otra.
Se abrazaron y no pudieron evitar dar gracias a Dios del milagro, pero aun tenían que salir de allí.
Abrieron las puertas del montacargas como pudieron y primero bajo Mara, no estaba muy alto, solo un metro y medio pero desde arriba se veía como si fueran tres metros.
Cuando Mara cayó al suelo, se torció un tobillo. Extendió las manos y le dijo a Alex.-¡Salta! ¡Yo te cojo! 
Una vez las dos en tierra firme, se miraron sorprendidas.
-¿C-cómo es posible que haya tantas plantas? 
-Esto no es normal... las luces aun están encendidas... es como si todavía trabajaran personas aquí.
No se habían dado cuenta antes por susto de los tentáculos pero ahora al estar tranquilas se fijaron mejor en su alrededor, percatándose de que las instalaciones del sótano estaban algo mas cuidadas que las del exterior.

-Vayámonos de aquí, ya. -Tomo Mara a su hermana del brazo y tiro de ella.
Encontraron unas escaleras de emergencia y estaban ya subiendo por ellas cuando se oyó un disparo,
Las dos se encogieron y la hermana mayor cubrió a la pequeña.
-Corre! -Grito y empujo a Alex
Mara se dió la vuelta para cerrar la puerta, la atranco con lo que tuvo a mano un alambre oxidado y viejo. 
Salió corriendo detrás de su hermana, escalera arriba, escuchando los disparos para abrir la puerta e ignorando su tobillo hinchado.

La puerta cedió y el hombre que las perseguía se acercaba cada vez mas.
-Alex! Vete a pedir ayuda! Corre y date prisa! Yo ganare tiempo.
Mara se escondió en un recodo de las escaleras y cogió un cascote. Cuando su atacante apareció, se abalanzó sobre él, golpeándole la cabeza y los brazos al intentar este cubrirse. Dejó caer la pistola y Mara aprovecho para alzarla y salir huyendo para alcanzar a su hermana. 

Aquel hombre las seguía persiguiendo escalera arriba. Alex ya había llegado al tejado y empezó a bajar por unas escaleras de emergencias que habían por la parte trasera de la central abandonada, por donde ellas habían entrado. 
En cuanto empezaron a bajar el hombre comenzó a tirar cascotes y Mara con miedo apunto y disparó el arma alcanzándole una vez, suficiente para ganar tiempo y poder bajar por completo. 
Cruzaron la pasarela por donde llegaron y saltaron la valla. Desde el otro lado del rió podían ver como aquellos tentáculos se retorcían cerca de la puerta por donde escaparon.

Corrieron sin descanso hasta llegar al pueblecito de su tía, corrieron y se escondieron en casa y pensaron en que hacer.
A la mañana siguiente con el pie hinchado y Alex con un cardenal morado casi negro en la pierna fueron a la policía y denunciaron lo sucedido, mostraron la pistola que Mara consiguió al defenderse y sus heridas.

Meses mas tarde, en la ciudad en la que vivían las dos hermanas, en la hora de la comida, vieron en el telediario como habían destruido una central hidroeléctrica abandonada y que las autoridades no habían querido dar información de lo sucedido pero fuentes anónimas decían que aquello era una especie de laboratorio secreto en el que se mutaban plantas y se investigaban con diferentes tipos de sustancias toxicas.
  ''Hay veces que la realidad supera la ficción...'' se escuchaba en la televisión.

-¿Hay que ver... no es eso en el pueblo de vuestra tia?-Dijo la madre de ambas muchachas.- No me creo que esas cosas sucedan aquí, es de película. -Se rieron todos en la mesa, pero Alex y Mara supieron la verdad ya que fueron ellas quienes denunciaron lo sucedido y les hicieron prometer que no contarían aquello a nadie. Manteniéndose así ellas en el anonimato.

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