Lucky

Era noche cerrada y no podía dormir. Me giré en la cama con los ojos aún cerrados.
Bajo la manta, me acurruqué e intenté volver a conciliar el sueño.
Sentí la puerta abrirse como en otras ocasiones y el cascabel de Lucky sonaba con cada pasito que daba hacia mi.
Saltó a mi cama y escuché su ronroneo. Parecía una pequeña moto al arrancar. Pasó por encima de mis piernas para acurrucarse a mi lado.

El viento desafiaba con arrancar las persianas de los balcones. Para intentar conciliar mejor el sueño, saqué la mano de debajo de la manta y acaricie su suave pelaje. Me lamió la mano con su aspera lengua humeda como había hecho en varias ocasiones.
Un momento... De un susto me incorporé sobre la cama y encendí la luz.
Mi gato llevaba semanas muerto y donde estaba acariciando, no habia nada.



Comentarios

Entradas populares de este blog

Enamorada

Toxicidad

Ciudad dormida