Sorpresa.
Llevaba toda la noche viajando. En su pecho un torbellino de sentimientos, impaciencia, amor y nerviosismo.
Llego a la estación a las 6 de la mañana y pudo ver como el sol se levantaba. Espero con impaciencia q llegará el bus que la llevara a su pueblo...junto a él. Eran las 7:30 cuando llego a su destino. Dejó su maleta en la que aún era su casa, su hogar.
Los párpados le pesaban, no podía consigo. Se tumbó en la cama y programó el móvil para dejarse llevar por el sueño.
Llego a la estación a las 6 de la mañana y pudo ver como el sol se levantaba. Espero con impaciencia q llegará el bus que la llevara a su pueblo...junto a él. Eran las 7:30 cuando llego a su destino. Dejó su maleta en la que aún era su casa, su hogar.
Los párpados le pesaban, no podía consigo. Se tumbó en la cama y programó el móvil para dejarse llevar por el sueño.
"bip-bip" "bip-bip" sonaba en su cabeza hasta que lo apago. Hizo acopio de su fuerza interior y al baño se dirigió. Una ducha para quitarse el sueño.
Había quedado con ella, una mujer muy jovial y parlanchina de pelo rizado, dorado cómo el trigo. Una señora bajita pero guerrera.
Pasaron la mañana de recados por el pueblo, tenían que comprar los ingredientes de la comida especial, del día especial.
Llego la hora, las tres y media... Hora de esconderse.
Se escondió detrás de las sillas del comedor y aguardo paciente, nerviosa, entusiasmada y muy contenta a que él llegara.
"Sorpresa!!!!" gritó en cuanto entró.
Los ojos azules se abrieron de par en par al verla y con estupefacción la contempló.
Su pelo estaba despeinado y llevaba puesto el uniforme del trabajo. Con una gran sonrisa exclamó "que haces aquí?", mientras se acercaba a ella con prisa por abrazarla.
Ella que lo veía como quien ve de cerca un milagro "darte una sorpresa" fue su única respuesta. Dejo sobre la mesa la cama de fotos que tenia en las manos para grabar el momento pero sus manos la traicionaron ya que el nerviosismo hizo que le temblarán. Saltó hacia él y le pareció el chico más guapo de todo el mundo. Sucio, sudado y desaliñado era sin dudarlo el ser más hermoso que los ojos de ella hayan visto nunca. Se abrazaron fuerte como intentando recordar con su brazos cómo eran los cuerpos el uno del otro. Él la beso entusiasmadamente, llevaban lo que podía haber sido una vida separados y en ese momento todo lo pasado jamás existió.
"Por que no me avisaste?"
"Creí que te gustaban las sorpresas... Pues toma sorpresa".
Había quedado con ella, una mujer muy jovial y parlanchina de pelo rizado, dorado cómo el trigo. Una señora bajita pero guerrera.
Pasaron la mañana de recados por el pueblo, tenían que comprar los ingredientes de la comida especial, del día especial.
Llego la hora, las tres y media... Hora de esconderse.
Se escondió detrás de las sillas del comedor y aguardo paciente, nerviosa, entusiasmada y muy contenta a que él llegara.
"Sorpresa!!!!" gritó en cuanto entró.
Los ojos azules se abrieron de par en par al verla y con estupefacción la contempló.
Su pelo estaba despeinado y llevaba puesto el uniforme del trabajo. Con una gran sonrisa exclamó "que haces aquí?", mientras se acercaba a ella con prisa por abrazarla.
Ella que lo veía como quien ve de cerca un milagro "darte una sorpresa" fue su única respuesta. Dejo sobre la mesa la cama de fotos que tenia en las manos para grabar el momento pero sus manos la traicionaron ya que el nerviosismo hizo que le temblarán. Saltó hacia él y le pareció el chico más guapo de todo el mundo. Sucio, sudado y desaliñado era sin dudarlo el ser más hermoso que los ojos de ella hayan visto nunca. Se abrazaron fuerte como intentando recordar con su brazos cómo eran los cuerpos el uno del otro. Él la beso entusiasmadamente, llevaban lo que podía haber sido una vida separados y en ese momento todo lo pasado jamás existió.
"Por que no me avisaste?"
"Creí que te gustaban las sorpresas... Pues toma sorpresa".
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