No te haces ni la más ligera idea de lo que daría por ser la dueña de tus pensamientos. Por ser la causante de tus sonrisas. Daría la vida por detener mi tiempo en tus labios, mi alma por el roce eterno de tu piel contra mi piel. Moriría mil veces por tocar tu corazón y mancharme con la oscuridad de tu alma. Porque en el segundo que tus ojos marrones como el café se detuvieron y chocaron con mi mirada, en ese momento exacto, puedo jurar que, mi alma rota empezó a quererte y a desear vivir para siempre en tu oscuridad. Porque mi lugar en el mundo esta donde este tu ser. Viviría, la eternidad del universo, en tus silencios. Porque a tu lado todo es emocionante, loco y cautivador. Cada segundo, cada minuto, hora y día que pasa te vas convirtiendo en el dulce veneno que mata mi ser. No hay nada que quiera más, ahora mismo, que beber directamente el veneno de tus dulces labios. En el millón de personas del mundo, en el millón de situaciones que pudieron suceder.....